Los conventos y monasterios de clausura son lugares donde se practica la vida religiosa en aislamiento del mundo exterior. Estos espacios, que se remontan a la Edad Media, albergan una riqueza cultural e histórica que merece ser conocida y valorada.
Descubre cuales son los tesoros que guardan dentro, pues el arte es una de las manifestaciones más destacadas de su patrimonio cultural.
1Arquitectura

Algunos de estos lugares cuentan con verdaderas joyas arquitectónicas, como la catedral de León, el monasterio de El Escorial o la cartuja de Granada.
2Artes plásticas

Hay monasterios que poseen colecciones de pintura, escultura, orfebrería, bordado y otros oficios artísticos que reflejan la devoción y la creatividad de las comunidades religiosas. Algunos ejemplos son el retablo mayor de la iglesia de Santa Clara de Toledo, el Cristo de Burgos o las pinturas murales de la capilla de San Jerónimo de Yuste.
3Textos

Los libros y los documentos son otro de los elementos que conforman el patrimonio cultural de los conventos y monasterios de clausura.
Estos lugares han sido centros de estudio, copia, conservación y difusión del saber a lo largo de los siglos. Entre sus fondos se encuentran códices medievales, incunables, biblias, tratados de teología, filosofía, ciencia, historia, literatura y otros campos del conocimiento.
Algunos de estos textos son únicos en el mundo, como el Beato de Liébana del monasterio de Santo Domingo de Silos, el Libro de las Horas de Isabel la Católica del monasterio de las Descalzas Reales o el Códice Calixtino del monasterio de San Paio de Antealtares.

4Reliquias y objetos litúrgicos

Estos elementos tienen un valor simbólico y espiritual para los creyentes, ya que representan la memoria y la presencia de los santos y de Cristo. Algunos de estos objetos son de gran belleza y antigüedad, como el Santo Grial de la catedral de Valencia, el Lignum Crucis del monasterio de Santo Toribio de Liébana o el Santo Cáliz de la catedral de Oviedo.
5Recetas

Las recetas tradicionales y los productos artesanales son otra muestra del patrimonio cultural de los conventos y monasterios de clausura. Estos lugares han mantenido a lo largo del tiempo el arte de la cocina y la elaboración de dulces, licores, quesos, jabones, perfumes y otros productos que se venden al público como medio de sustento. Algunos de estos productos son famosos por su calidad y sabor, como las yemas de Santa Teresa, el turrón de Jijona, el queso de Tetilla o el licor de hierbas.

Los conventos y monasterios de clausura son, en definitiva, lugares que conservan un patrimonio cultural que forma parte de la identidad y la historia de España. Su visita y su apoyo son una forma de reconocer y valorar el legado de las personas que han dedicado su vida a la oración y al servicio de Dios y de la sociedad.

