Educar a los hijos es todo un arte y cada padre busca -siempre- darle a sus pequeños la mejor vida que le es posible, lo cual da pie a que cada uno tenga su propio estilo parental.
Los especialistas Darling y Steinberg definieron los estilos parentales como una configuración de actitudes hacia los hijos que les son comunicadas y que, en su conjunto, crean un clima emocional en el cual se expresan las conductas de los padres.
Estos estilos parentales son muy relevantes porque, cuando los hijos se vuelvan adultos, adoptarán ciertos rasgos para afrontar cualquier situación de vida, desde saber tomar decisiones, hasta la implementación de límites y mucho más.
La evolución de la educación
La educación, como muchas otras cosas, ha cambiado con el paso de los años, estableciendo nuevos paradigmas que buscan la forma más adecuada de educar a los hijos; de ahí surge la psicología positiva y la educación respetuosa. Por ello, te presentamos los cuatro estilos de educación parental actuales.
Con esta breve descripción de cada uno podrás saber si te identificas con alguno de ellos -o en más de uno- y decidir en cuál te gustaría estar por el bien de tus hijos.
1Estilo democrático o autorizado
En este estilo, los padres e hijos suelen mantener un diálogo de comunicación asertiva, atienden las necesidades de sus hijos y están al pendiente de sus emociones y sentimientos.
Los padres que aplican este estilo se caracterizan por establecer límites claros, pero de forma respetuosa; es decir, que los padres le explican a sus hijos cada uno de los límites establecidos.
Esto potencia que los hijos busquen ser competentes con sus capacidades, puesto que los padres los motivan; también suelen tener una mayor iniciativa y un buen autocontrol ante el manejo de emociones y autoestima.
En el estilo democrático no suele haber tensión entre la relación de padres e hijos.
2Estilo autoritario
Los padres muestran un poco de cariño a los niños, pero es un estilo a base de normas inamovibles establecidas por los padres, quienes son la autoridad; por ello, las cosas se hacen a su modo y no hay un diálogo abierto entre padres e hijos.
Además, muestran una alta exigencia ante cualquier situación en la que se vean involucrados los hijos y castigan cuando no se obtienen los resultados esperados, trayendo como consecuencia una baja creatividad y autoestima de los pequeños.
3Estilo indulgente o permisivo
En esta forma de educar hay una tendencia a la sobreprotección de los hijos, por lo que el padre demuestra mucho afecto, pero poca exigencia en el menor. La comunicación es abierta; sin embargo, no hay límites establecidos.
Crean en el niño un desarrollo de egocentrismo, así como de alta exigencia a los demás.
4Estilo negligente
Finalmente, en este estilo de crianza los padres no pasan tiempo con sus hijos, ni siquiera llegan a conectar o sentirse involucrados en su desarrollo, por lo que hay una falta de motivación que genera niños inmaduros, agresivos y con bajo control de impulsos.
Si buscas criar a tus hijos de forma correcta, responsable y aplicando una psicología positiva para desarrollarlos con los menores sesgos y heridas posibles, la neuropsicóloga Regina Ascencio aconseja que "el trabajo de los padres es hacer que sus hijos sean felices".