Una de las más razones más importantes por las que vivimos infelices es que buscamos alcanzar la felicidad en cosas externas y no en nuestro interior; seguimos creyendo la gran falsedad de que, acumulando riquezas materiales, conseguiremos logros y metas externas de prestigio, como fama y poder.
No pierdas el rumbo
Reflexiona sobre lo que tienes para con ello vivir bien, sin enfocarte en lo que te falta, lo cual es fomentar una ambición desmedida por estar consiguiendo algo que aún creemos que nos falta, eso puede ser interminable.
Piensa si te sigues comparando con los demás, al compararte llegas a sentir que no has conseguido lo que tanto anhelabas y, peor aún, desatas tu envidia y rivalidad.
Muchas personas son infelices porque no logran vivir en el presente y siguen abrumadas con el pasado o el futuro. No tener bien puestos los pies en el aquí y el ahora nos lleva a vivir desfasados de la realidad y eso no nos permite ser felices.
Ni hablar del cuidado que debemos tener con nuestras relaciones interpersonales, pues cuando se olvidan, se deja de fomentar la empatía, la convivencia y el intercambio de ideas.
Es saber lo que quieres, teniendo claros tus objetivos en la vida, y tocar una realidad desde esta perspectiva más profunda de tu ser.
Aquí van los tres errores más comunes que nos impiden vivir felices:
1Dejar de vivir en el presente
Es decir, en el aquí y el ahora, estar enfocados en cosas que no han sucedido y además estar preocupados por el futuro. Todo esto nos impide encontrar la felicidad que siempre está en el presente eterno. Lo que nos lleva a apreciar lo que hoy tienes y que ya está en tus manos.
2Compararse con los demás
Como si se tratara de una carrera, vivir enfocados con los logros de los otros y así estar viviendo con nuestras debilidades y carencias, lo que nos lleva a vivir insatisfechos con lo que ahora poseemos o somos. Cuando la felicidad es exactamente lo contrario.
3Descuidar tu autenticidad
Dejar de ser honesto contigo y vivir engañándote al no cuidar tus valores y principios, cultivando tus descontentos y sensaciones de fracaso y frustración.
En resumen, deja de buscar la felicidad en donde no está, solo la vas a encontrar en tu interior, vive en el presente, deja de compararte y abrázate con amor y gentileza. No necesitas de la aprobación de los demás; no busques superar a nadie más que a ti mismo. San Agustín insistía: "Fuera del Amor de Dios no encontrarás la felicidad".