Hay algunas cosas que podemos hacer para afrontar nuevas pandemias, ataques nucleares y otras situaciones de emergencia que puedan surgir. El médico presidente emérito de la Federación Internacional de Médicos Católicos del Mundo (FIAMC), José María Simón Castellví ofrece a Aleteia cuatro sorprendentes consejos que ayudan a ver las catástrofes también como una oportunidad para hacer crecer el amor.
1Escuchar a los expertos
Una de las lecciones que Simón extrae del Covid 19 es la necesidad de "hacer más caso a los médicos católicos organizados y a otras instituciones, como las reales academias, que tienen mucho nivel y no están supeditadas a agendas ocultas". Ellos ofrecerán protocolos adaptados a cada emergencia, con consejos concretos.
Por ejemplo, en caso de radiación nuclear tomar yodo, vigilar lo que se come y bebe, así como buscar un refugio bien protegido. O en caso de epidemia respiratoria, usar mascarillas, evitar tocarse los ojos y la nariz y extremar las medidas de higiene.
Simón opina que "hay que fiarse de las autoridades relativamente, porque muchas tienen intereses propios que hay que ponderar".
2Ayudar
"Una gran catástrofe es una oportunidad para ejercer la caridad", dice Simón, "porque pueden faltar cosas, se necesita ayuda y es una gran ocasión, uno no puede quedarse siempre en un búnker o en el campo".
Inspirándose en la respuesta de los santos en epidemias, guerras y distintas situaciones de emergencia, Simón anima a "si se sobrevive, trabajar y hacer caridad con los que quedan".
"Siempre hay un riesgo -reconoce-, pero no puedo dejar de operar a un paciente porque sea contagioso; pongo unas medidas y adelante".
Simón también destaca la importancia de la creatividad y la audacia, como se comprobó en la pandemia.
"Algo bueno que se hizo en algunos sitios fue enviar a sacerdotes muy jóvenes a atender pacientes moribundos porque el Covid en jóvenes se toleraba muy bien", recuerda.
Y añade el ejemplo del beato Pere Tarrés en la guerra civil española, que "cuidaba muy bien a sus pacientes con los únicos cinco medicamentos que tenía a su alcance".
"Uno tiene que hacer lo que pueda con lo que tiene -destaca-. Después, dependiendo de la propia generosidad, con más horas, más riesgo…".
3Rezar
Las situaciones de emergencia han despertado muchas oraciones a lo largo de la historia. Son momentos privilegiados para "rezar de todas la maneras: verbalmente, con los sentidos, con la Misa, que es la mejor oración", explica Simón.
"Sí que es cierto que en algunos momentos no será posible ir a celebraciones comunitarias o a Misa", continúa. En estas situaciones, Simón afirma que la radio es un medio de comunicación que puede ayudar a estar en contacto y animar a las personas a orar.
"Nunca hay que olvidar que donde hay dos o tres unidos en nombre de Jesucristo, allí está Él -añade-. La oración siempre será un consuelo".
En el ámbito religioso, indica, "tiene que primar la piedad sobre otras consideraciones". Según el doctor, también en las situaciones de emergencia debe continuar la evangelización de la Iglesia, la oración, los sacramentos…
"Los templos no se pueden cerrar salvo por fuerza mayor y por tiempo determinado, pero la evangelización no puede parar”, afirma. Mirando la historia de la Iglesia, el médico destaca que está llena de ejemplos de entrega, de religiosidad y rogativas en tiempos difíciles como los de las pestes.
4Confiar en la bondad de Dios
Simón anima a no perder nunca la esperanza y a confiar en que la Providencia divina gobierna, respetando las leyes de la naturaleza y la libertad.
En este sentido, destaca cómo la pandemia fue una gran prueba pero también algunas personas la vivieron como una bendición. Y recuerda que "hay que prepararse para morir" y sobre todo para disfrutar de Dios para siempre.