El informe “Jóvenes y vulnerabilidad en entornos digitales” revela las tres emociones que sienten “a menudo” los jóvenes que navegan por Internet: inseguridad, faltas de respeto y presión social. El estudio, realizado por la Universidad Complutense y un equipo de investigación de la Fundación The Family Watch, revela el uso excesivo de las redes sociales y también cómo los propios jóvenes de entre 18 y 35 años son conscientes de los peligros. María Galmes, una de las investigadoras, asegura que “al 50% de los jóvenes les preocupa el tiempo que dedican a las redes sociales” y manifiestan “su intención de reducir su intensidad de uso diario”.
El papel de la familia
María José Olesti, directora de The Family Watch, asegura que “el papel de la familia es esencial para dotar de herramientas a los jóvenes que les ayuden a defenderse adecuadamente cuando acceden a las redes”. Tanto para conseguir esas herramientas como para detectar problemas y superarlos, es muy importante la comunicación de padres con hijos: “Una buena comunicación en la familia, una vez más, es fundamental para poder detectar posibles problemáticas y, por lo tanto, establecer medidas que palíen las consecuencias de un uso indebido de Internet”.
El riesgo del anonimato
Especialmente llamativa es una de las conclusiones del estudio. La mitad de los jóvenes encuestados piensan que el anonimato en las redes da derecho a cualquier persona a hacer cualquier comentario dañino sin miedo a las consecuencias. Cuando son críticas directas a alguien por el contenido que ha publicado en una red social (casi siempre Instagram), son los más jóvenes los que se sienten vulnerables. Es preocupante, por tanto, la percepción del anonimato para faltar al respeto escondido en un pseudónimo y la aceptación por parte de los jóvenes. El 50% de los jóvenes reconoce sentir rabia e impotencia ante las faltas de respeto que reciben en las redes.
La mujer, el colectivo más vulnerable
Son un colectivo vulnerable especialmente las mujeres. Ellas se sienten vulnerables ante las compras efectuadas en el entorno online, ya que su tiempo de exposición es mayor que el de los hombres. Más de un tercio de las chicas declara realizar compras en Internet una o dos veces a la semana.
También ellas perciben más peligro en las actividades que tienen que ver con su parte más personal y privada (ciberbulling, fácil acceso de contenido para adultos y contacto con extraños). Esa mayor percepción de riesgo les hace protegerse.
Jóvenes, apuestas y videojuegos
Un tercio de los jóvenes declara jugar a juegos al azar (Lotería, ONCE) o hacer apuestas online todos los días o varias veces a la semana. A esto se añade que la mayoría de los chicos juegan todos los días o casi todos los días a eGames y videojuegos. Están acostumbrados y son más conscientes de sus peligros al estar horas “enganchados”.
Pero no es una cuestión sólo de apuestas. Existe un riesgo importante con algunos videojuegos. Por ejemplo, uno de los testimonios de un joven de 29 años, recogido por este informe, es revelador: “Se habla del Sportium y las apuestas, pero hoy por hoy, hay polémica con el FIFA, para jugar en la modalidad online, tienes que tener una serie de jugadores que salen a través de comprar unos sobres de cromos, los típicos de toda la vida. El caso es que ha habido muchos niños que se han dejado hasta 10 mil euros con la Visa de sus padres, y encima hay streamer que han comprobado hasta qué punto hay que invertir para que te salga algo decente, tanto en horas como en dinero”.
Reclaman más educación
Donde existe un gran consenso entre los jóvenes es cuando señalan que las instituciones públicas deberían poner en marcha planes de prevención y educación dirigidos a los públicos más vulnerables para concienciar de los peligros de un uso indebido de Internet.