Todas las religiones tienen al menos una ciudad santa. El catolicismo tiene cinco. Cada una de ellas cuenta con un Jubileo Perpetuo reconocido por la Iglesia que les permite celebrar un año santo cada 7 años y conceder indulgencias perpetuas. Así pues, estas ciudades son algo más que lugares geográficos: son depositarias de tradiciones espirituales. Las peregrinaciones a estas ciudades santas no son meros viajes de vacaciones: son experiencias transformadoras, un esfuerzo consciente por conectar con la propia herencia espiritual.
Dos de las cinco ciudades santas del catolicismo son, obviamente, Jerusalén y Roma. Las otras tres están en España. Y aunque Santiago de Compostela te resulte familiar (sobre todo por el legendario Camino de Santiago), es probable que nunca hayas oído hablar de Caravaca de la Cruz o Santo Toribio de Liébana.
1santiago de compostela
Desde el siglo IX, cuando se encontró la tumba del Apóstol Santiago, Santiago de Compostela se convirtió en una de las principales potencias espirituales de Europa y en un destino de peregrinación de incomparable importancia. El Camino de Santiago, una antigua red de rutas de peregrinación, converge en la Catedral de Santiago de Compostela, donde se conservan y veneran las reliquias de Santiago el Mayor, uno de los apóstoles de Jesucristo. Los peregrinos llegan allí tras atravesar los paisajes del norte de España, buscando no solo el triunfo físico de llegar al final del viaje, sino una profunda renovación de su fe.
2caravaca de la cruz
En Murcia, en el sureste de España, la ciudad de Caravaca de la Cruz alberga un santuario excepcional, cargado de significado histórico y espiritual. La Basílica de la Vera Cruz, a pesar de su presencia relativamente humilde, alberga un venerado fragmento del Lignum Crucis, la Vera Cruz, conocida como la Cruz de Caravaca. Según la leyenda, el fragmento fue transportado por ángeles desde Jerusalén hasta esta basílica, aunque existen diferentes versiones de esta historia. Peregrinos de todas partes acuden a esta ciudad atraídos por el encanto de la santa reliquia.
3santo toribio de liébana
Camaleño es un pequeño pueblo de unos mil habitantes, en lo más profundo de la Cordillera Cantábrica del norte de España. Allí, el monasterio de Santo Toribio de Liébana también alberga otro fragmento de la Vera Cruz, solo que éste es el más grande de toda la cristiandad. Aunque la reliquia se conservaba en Jerusalén, ya en el siglo V habían llegado a Europa fragmentos de ella, como en el caso del famoso monasterio de la Santa Cruz de Poitiers, en Francia. Pero el mayor fragmento de la reliquia de la Santa Cruz fue llevado a España, desde Jerusalén (o desde Roma, según otros), por san Toribio de Astorga.
El sitio web del monasterio afirma que la reliquia es una parte del brazo izquierdo de la Santa Cruz. Conserva el agujero donde se clavó la mano de Cristo. En el siglo XVI, la madera se cortó cuidadosamente, se le dio forma de cruz y se colocó en el relicario de plata en el que se conserva actualmente. La madera es de ciprés mediterráneo (Cupressus sempervirens). Algunos de estos árboles, extremadamente longevos, tienen más de mil años.
Con unas dimensiones de 24 pulgadas de alto, 14 pulgadas de ancho y casi 1,5 pulgadas de grosor, es la mayor reliquia conservada de la cruz de Cristo (incluso mayor que la que se conserva en la Basílica de San Pedro de Roma).