3 maneras de introducir el ayuno cuaresmal a sus hijos

Cuaresma: tiempo de ayuno, de viernes sin carne y de limosna. Pero, ¿tienen que ayunar los niños? ¿O abstenerse de comer carne? No. El derecho canónico dice que solo deben ayunar los que tengan entre 18 y 59 años, mientras que los mayores de 14 deben abstenerse de comer carne. Sin embargo, al final del párrafo sobre el ayuno y la abstinencia en el derecho canónico, hay una nota para los padres que quizá nunca has considerado.

Se supone que los padres deben asegurarse de que a sus hijos "se les enseña el verdadero sentido de la penitencia" una vez que alcanzan la edad de la razón, aunque los niños "no están obligados por la ley del ayuno y la abstinencia" (Derecho Canónico 1252).

¿Por qué los niños necesitan conocer el verdadero significado del ayuno y la penitencia? Además, ¿cuál es el verdadero significado del ayuno y la penitencia?

La respuesta a ambas preguntas es para hacerles entender por quién se esta haciendo el ayuno. Lo hacemos por Jesús, el Dios que nos ama, que murió por nosotros y que se hace presente en la Eucaristía para estar cerca de nosotros.

Si podemos enseñar a nuestros hijos que la Cuaresma es un tiempo para acercarse más a Jesús, y que una forma de hacerlo es renunciando a la carne o a nuestro horario normal de comidas, estamos en el buen camino para enseñarles el verdadero significado de la penitencia. Y si aprenden esa lección mientras son pequeños, entonces tal vez será el tejido normal de la vida para cuando lleguen a la adolescencia, en lugar de una regla onerosa o arbitraria y sin contexto.

He aquí algunas ideas sobre cómo presentar la penitencia y el ayuno a los hijos. Asegúrate de explicarles por qué ayunan, aunque sea algo tan sencillo como: "¡Hacemos esto por Jesús! Él nos ama y nosotros queremos amarle mejor".

Invita a tus hijos a renunciar a la carne contigo los viernes; esto también fomentará la unidad familiar porque todos comerán lo mismo, en lugar de comer cosas diferentes.

Al mismo tiempo, puedes renunciar a un tentempié durante el día o a los postres o dulces los viernes.

Muéstrales cómo elegir, entre dos cosas, la opción que gusta menos. Por ejemplo, explícales que -tal vez- tu comida favorita para desayunar son los cereales, pero en lugar de elegir eso para desayunar, elegiremos huevos y tostadas como una forma de amar a Jesús; o puedes enseñarles a dejar que su hermano elija el programa que ven; o deja que sea otro el que elija el cuento para dormir, aunque le corresponda a ese niño.

Los viernes, todos pueden ayunar de las pantallas en sus tiempos libre. La solidaridad es hermosa y conlleva responsabilidad, así que, si todos hacen lo mismo, ayuda. Llena ese tiempo libre con algo de lo que todos puedan disfrutar, como dar un paseo o jugar juntos.

Como siempre, no dudes en compartir tus propias ideas en la sección de comentarios.