En el centro histórico de la ciudad de Aguascalientes, México, se encuentra una obra arquitectónica única en su tipo. Este monumento religioso, que combina diversos estilos arquitectónicos, fue diseñado y construido por Refugio Reyes Rivas, un arquitecto que no aprendió esta ciencia en las aulas universitarias, sino directamente en las obras, de manera autodidacta.
El 22 de octubre de 1895, Reyes Rivas inició la construcción de esta iglesia por encargo de la Orden Franciscana. Las obras duraron solo un año antes de suspenderse por falta de recursos económicos y fue hasta diciembre de 1908 -16 años después- que se retomó la construcción.
El más bello de Aguascalientes
Considerado actualmente como el más bello de Aguascalientes, este templo fue construido con cantera verde, amarilla y rosa y su arquitectura es ecléctica, pues une elementos neorrenacentistas, neobarrocos, neogóticos, neoclásicos, árabes y rusos, entre otros; además, tiene detalles ornamentales en toda su fachada y una cúpula de doble vitral.
Sin embargo, antes de considerarse “parte fundamental del patrimonio histórico y arquitectónico de Aguascalientes” por el Gobierno del estado, esta edificación se enfrentó a un reto más en el momento de su construcción.
Un truco para ganarse la confianza
Una vez superado el aprieto económico, apareció un nuevo reto sobre el horizonte. Las personas no confiaban en la estructura de Refugio Reyes porque sabían que no tenía los estudios profesionales que lo avalaran para realizar un proyecto de tal magnitud.
La desconfianza sobre la seguridad del inmueble no detuvo al ilustre arquitecto. Para demostrar que era seguro visitar esta edificación, ideó una solución definitiva: pasó dos días enteros dentro del templo de san Antonio de Pádua junto a su familia. Al cabo de estos dos días, la población finalmente confió en la solidez de su estructura y comenzó a frecuentarlo para participar de los oficios.
Finalmente, en 1975 -30 años después de su muerte-, la Universidad Autónoma de Aguascalientes le otorgó el título de Arquitecto post mortem para reconocer que "supo desarrollar su talento arquitectónico, aunado a un claro sentido urbanista".
Contra todo pronóstico, y pese a los altibajos con los que comenzó la obra, el templo de san Antonio de Padua se convirtió en patrimonio histórico y cultural de la ciudad, así como muchas otras obras que el arquitecto Reyes Rivas realizó dentro del estado.
A más de 100 años de su construcción, continúa recibiendo a los fieles que acuden a pedir la intercesión de san Antonio de Padua y a los turistas que ingresan para admirar las pinturas de su interior, con las que el artista Candelario Rivas da a conocer los milagros atribuidos a la intercesión de san Antonio.
Ubicada en el corazón de la ciudad, esta iglesia muestra cómo la gran belleza de la arquitectura se magnifica cuando se une con la historia y la fe cristiana.