Quien tiene abuelos sabe que se convierten en las personas favoritas de sus nietos porque les regalan amor en abundancia y sin condiciones. Y damos gracias a Dios de que existan para consentir a sus nietos y dedicarles sus últimos años.
Sin embargo, para quien no ha tenido la oportunidad de ser abuelo o no ha conocido a los suyos, podría ser difícil entender por qué la gente que tiene nietos los ame tanto, así que mencionaremos algunas posibles razones:
1Madurez y experiencia
Por su madurez, entienden mejor el comportamiento de los menores; ellos ya tuvieron la experiencia con sus propios hijos, por eso saben tratarlos con más dulzura y menos rigor.
2Libertad para actuar con los nietos
La educación de sus nietos ya no es su responsabilidad directa, por eso gozan de mayor libertad para pasar por alto pequeños caprichos que corresponde a sus padres corregir, sin embargo, sus enseñanzas son invaluables.
3Recuerdan a sus hijos pequeños
Ven a sus hijos reflejados en los nietos, recordando con algo de añoranza a sus propios pequeños; ahora tienen la oportunidad de disfrutarlos sin las presiones que vivieron cuando ellos estaban a cargo de la manutención y la educación.
4Tienen tiempo para convivir más
Disponen de tiempo y tranquilidad para convivir con ellos, pues ya han pasado la etapa de la prisa y las actividades que requieren atención inmediata.
El amor de Dios no tiene límites
Dice el libro de los Proverbios:
"Corona de los ancianos son los nietos, y la gloria de los hijos son sus padres" (Pro 17, 6).
Dios nuestro Señor nos ama tanto que no deja de enviarnos lo que necesitamos para sostener nuestra existencia, ese rasgo de amor es común en los abuelos, quienes están al pendiente de lo que necesitan sus hijos y sus nietos.
¿Cómo nos demuestra Dios todo su amor? En cada amanecer, en la familia, en la comida, el trabajo que nos da el sustento, su providencia divina se encarga de satisfacer nuestras necesidades.
Por eso, cuando los abuelos comparten con su familia lo que tienen, entendemos que Dios, a través de ellos, nos recuerda que nada nos faltará y que Él nos ha dejado a esos maravillosos seres para colmarnos de amor.
No olvidemos a nuestros abuelos
El Papa Francisco instituyó la Jornada Mundial de los abuelos y de los mayores para recordarnos que en ellos está nuestra herencia y el resguardo de la fe, por eso, hagamos caso de sus palabras:
"...no dejemos de mostrar nuestra ternura a los abuelos y a los mayores de nuestras familias, visitemos a los que están desanimados o que ya no esperan que un futuro distinto sea posible. A la actitud egoísta que lleva al descarte y a la soledad contrapongamos el corazón abierto y el rostro alegre de quien tiene la valentía de decir “¡no te abandonaré!” y de emprender un camino diferente" (Papa Francisco, 28 julio 2024).
Que Dios conserve a nuestros abuelos, ya que son la extensión de Su amor .