"La Santa Sede se ha mostrado entristecida por ciertas escenas de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París", ha declarado la Oficina de Prensa de la Santa Sede en un comunicado difundido en la tarde del 3 de agosto de 2024. Este breve texto -que, inusualmente, solo se distribuyó en francés- se produce tras las numerosas reacciones suscitadas por la evocación de la Última Cena por parte de drag queens durante una secuencia del espectáculo organizado en el Sena el 26 de julio.
La Santa Sede "no puede sino unirse a las voces que se han alzado estos últimos días para deplorar la ofensa causada a numerosos cristianos y creyentes de otras religiones", afirma el comunicado, sin mencionar la Última Cena en particular. Aunque el director Thomas Jolly ha negado cualquier intención de parodiar la Última Cena de Cristo, esta inspiración ha sido reivindicada por algunos de los artistas que participaron en el cuadro.
"En un acontecimiento prestigioso en el que el mundo entero se reúne en torno a valores comunes, no debería haber alusiones que ridiculicen las convicciones religiosas de muchas personas", insiste la Santa Sede. "La libertad de expresión, que evidentemente no se cuestiona, encuentra su límite en el respeto a los demás", añade.
Voces de la Iglesia
Muchas voces se alzaron en todo el mundo, empezando por los obispos franceses que, al día siguiente del espectáculo, deploraron "las escenas de escarnio y burla del cristianismo". Subrayaron que los cristianos de todo el mundo se habían sentido "heridos por el ultraje y la provocación de ciertas escenas".
El Vaticano expresó entonces su apoyo a esta postura a través de Mons. Vincenzo Paglia, Presidente de la Academia Pontificia para la Vida. "Los obispos franceses han sido buenos y valientes. Y por mi parte, no puedo sino suscribir sus palabras de principio a fin", dijo el arzobispo italiano.
Las reacciones fueron especialmente fuertes en las Iglesias orientales. "Con gran amor mezclado con asombro y desaprobación, vimos lo que sucedió en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos en Francia, un ultraje contra el misterio de los misterios del cristianismo, y contra lo que es sagrado para miles de millones de personas en todo el mundo", dijo el Consejo de Iglesias de Oriente Medio.
Personalidades
Personalidades tan diversas como Donald Trump, Jean-Luc Mélenchon y Elon Musk también han expresado su malestar por la puesta en escena, que ha llevado a obispos de varios países a exigir una disculpa oficial del Comité Olímpico Internacional (COI).
Al día siguiente de la ceremonia inaugural, una portavoz del Comité Organizador de los Juegos de París admitió que el provocador espectáculo pretendía "mover las líneas", pero otra portavoz dijo más tarde que lamentaba "profundamente" si alguien se había sentido ofendido por algunas de las imágenes.
La discreción del Papa Francisco en este debate, que ha incendiado las redes sociales, ha sido explicada por algunas fuentes como un deseo de no socavar el acercamiento que se ha producido en los últimos años entre el Vaticano y el COI, con vistas a la posible participación del Estado más pequeño del mundo en competiciones deportivas. El Presidente del COI, Thomas Bach, fue recibido en el Vaticano en septiembre de 2022 en el marco de un congreso sobre el tema "Deporte para todos".
La publicación tardía de este comunicado de prensa, sin traducción al italiano ni al inglés, puede considerarse por tanto como una voluntad de la Santa Sede de responder a ciertas expectativas sin dar a la polémica un relieve mediático suplementario. El 1 de agosto, la llamada telefónica del Presidente turco Recep Tayyip Erdogan al Papa Francisco denunciando la "inmoralidad cometida contra el mundo cristiano" durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París no dio lugar a ninguna comunicación de la Santa Sede.