Noveno viernes de mes: oramos al Sagrado Corazón de Jesús, recordando que hay que confesarse, ir a Misa y comulgar para alcanzar las promesas del Señor, hechas a Santa Margarita María Alacoque para todos los devotos que cumplan con los nueve viernes. Hemos llegado a la recta final.
Oración inicial
Oh Dios, que en el corazón de tu Hijo herido por nuestros pecados has depositado infinitos tesoros de caridad, te pedimos que al rendirle el homenaje de nuestro amor le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
Noveno viernes
Promesa: Guardaré recuerdo eterno de cuanto un alma haya hecho para la mayor gloria de mi Corazón. Los que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, de donde no será borrado.
Ofrecimiento: Te ofrezco, Jesús mío, la Comunión del presente día para alcanzar la gracia de saber infundir en el alma de cuantos me rodean ilimitada confianza en tu Corazón Divino. Dame cuanto necesito para llevar a Ti a los que luchan, a los que lloran, a los caídos, a los moribundos. Y dígnate, ¡oh Jesús!, escribir hoy mi nombre en tu Corazón y decir a los ángeles que rodean tu Tabernáculo: "Este nombre es el de un devoto que, amándome mucho quiere consolarme del olvido e ingratitud de tantos hombres". Amén.
Oración después de la comunión
Jesús mío dulcísimo, que en tu infinita dulcísima misericordia prometiste la gracia de la perseverancia final a los que comulguen en honra de tu Sagrado Corazón los nueve primeros viernes de mes seguidos; acuérdate de esta promesa y a mí, indigno siervo tuyo que acabo de recibirte sacramentado con este fin e intención, concédeme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en ti con fe viva, esperando en tu inefable misericordia y amando la bondad de tu amantísimo y amabilísimo corazón. Amén.
V. En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,
R. el corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Oración final
Jesús mío, te doy mi corazón, te consagro toda mi vida, en tus manos pongo la eterna suerte de mi alma y te pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de tus promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a verte y gozarte en el Cielo. Amén.
(Tomado del Devocionario al Sagrado Corazón de Jesús, José Roberto Ramírez Méndez, ssp, ed. San Pablo)