La Instrucción General del Misal Romano menciona que:
"En la Misa, o Cena del Señor, el pueblo de Dios es convocado y reunido, bajo la presidencia del sacerdote, quien obra en la persona de Cristo (in persona Christi) para celebrar el memorial del Señor o sacrificio eucarístico. De manera que para esta reunión local de la santa Iglesia vale eminentemente la promesa de Cristo: 'Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos'" (Mt 18, 20).
Estamos, pues, convocados para celebrar la conmemoración del sacrificio de Jesús en la cruz, donde el mismo Señor está presente en la asamblea que se congrega en su nombre, en la persona del ministro, en su palabra y de manera sustancial y permanente, en las especies eucarísticas del pan y del vino (IGMR no. 27)
La plegaria eucarística
Comienza la liturgia de la Eucaristía. Luego de preparar las ofrendas, el presidente inicia un diálogo con el pueblo de Dios:
- "El Señor esté con ustedes".
-"Y con tu espíritu".
- "Levantemos el corazón".
- "Lo tenemos levantado hacia el Señor".
- "Demos gracias al Señor, nuestro Dios".
- "Es justo y necesario".
Después principia el prefacio y se entona el canto del "Santo".
Invocación al Espíritu Santo
Para esto, el sacerdote invoca al Espíritu Santo e impone las manos sobre los dones, durante el momento conocido como "epíclesis".
Después traza una cruz sobre el cáliz y la patena y comienza el relato de la Última Cena, repitiendo las palabras de Cristo: "Tomen y coman", "tomen y beban" (Mt 26, 26-28) .
Intercesiones y doxología
Al concluir el momento de la consagración, todos de pie se unen a la oración del presidente que pide por la Iglesia, por el Papa, el obispo local y todos los obispos.
Concluye dando gloria a Dios elevando el Cuerpo y la Sangre de Cristo:
"Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos".
"Amén", responde firmemente la asamblea.
Cabe añadir algunas especificaciones:
1. Existen cuatro Plegarias Eucarísticas, las cuales se encuentran en el Misal Romano.
2. Solamente le corresponde al sacerdote presidente pronunciarla.
3. No se debe omitir ni añadir nada del texto aprobado, de hacerlo se incurriría en un grave abuso litúrgico (Redemptoris Sacramentum no. 51).
4. Durante la Plegaria Eucarística tampoco debe haber música de fondo, cantos u oraciones distintas.
5. Lo más importante será nuestra participación activa y consciente, sabiendo que es Cristo el Señor quien se hará presente en medio de nosotros, y a quien comulgaremos en el momento de la sagrada Comunión.